Una exposición de Miguel Ángel Blanco en la que, la creación contemporánea, convive con obras del Museo del Romanticismo, para evocar en el espectador una imagen mítica de la naturaleza. El artista parte de un grabado de Fernando Brambilla perteneciente a la colección de este museo junto a otras piezas de temática relacionada con un animal tan emblemático como el ciervo, y las pone en relación con ocho libros-caja de su Biblioteca del Bosque.
El grabado de Fernando Brambilla Vista del Real Palacio de Riofrío tomada entre el Norte y Levante, con relámpago, que se conserva en el Museo del Romanticismo, ha servido de base para realizar una selección de obras pertenecientes a la colección del museo que reflejan la fascinación por un animal con una carga simbólica ancestral y dan idea de las distintas facetas que tuvo en el período romántico su representación artística.
Estas obras se muestran junto a ocho libros-caja de Miguel Ángel Blanco pertenecientes a su Biblioteca del Bosque, siete de ellas realizadas ex profeso para la muestra. La exposición culmina con una instalación que escenifica la liberación del aura de los ciervos, utilizando metopas y cuernas procedentes del Museo Nacional de Ciencias Naturales, complementada por una intervención sonora que reproduce el entrechocar de las cornamentas y la berrea, convocando el misterio de la expansión del sonido en la naturaleza.
EXPOSICIÓN / Artes Visuales